Se trata de un proceso que permite determinar la presencia de síndromes cognitivos, su posible etiología, y su evolución. Lo anterior se logra a partir de la aplicación de pruebas y baterías neuropsicológicas que evalúan las capacidades cognitivas, tales como atención, memoria, lenguaje, y funciones ejecutivas.
Cabe mencionar que para brindar un diagnóstico lo más preciso posible, la evaluación se debe hacer mediante el uso de instrumentos con validez para la población mexicana. Así, se disminuyen los sesgos cognitivos que pueden estar influenciados por el idioma y la cultura.
Cada vez se difunde más contenido digital en torno a los test o pruebas, que por ejemplo miden la inteligencia o la capacidad atencional. Sin embargo, es importante consultar a un especialista, ya que es él quien podrá brindar una correcta interpretación de los resultados, además de complementarlos con mediciones de funcionalidad y el estado de ánimo. De esta manera, la evaluación neuropsicológica ofrece una mirada integral sobre el paciente, desde niños hasta adultos mayores.
Finalmente, una vez identificadas las fortalezas y áreas de oportunidad del paciente, el neuropsicólogo podrá establecer un plan de intervención que se adecúe a las necesidades particulares. A su vez, brinda estrategias para el manejo del paciente en casa y otros contextos sociales, siempre buscando mejorar su calidad de vida.
Neuropsic. Claudia Andrea Chávez Mejía
